EL SECRETO DE ALVARADO

César Augusto Vázquez Chagoya
7 de noviembre de 2006


“Exitoso” operativo en todo el estado por parte de Tránsito del Estado. Se detuvieron 54 camiones del servicio público “chatarras” en varias delegaciones en la entidad. “Orgullosa” la directora de esa dependencia, la licenciada Martha Montoya Barradas, quien señala que las fiestas de “todos santos” fue “blanca”, salvo algunos accidentes menores en Manlio Fabio Altamirano.

Por su ley, la señora borró de las festividades de “todos santos”, el 1 de noviembre donde hubo 7 muertes en Alvarado y el niño de dos años atropellado y muerto en una congregación de Altotonga por un camión urbano.

La sola orden del día 3 de noviembre, para sacar de circulación a los camiones urbanos “chatarras” en todo el estado, confirma que Tránsito del Estado estaba “solapando” y violando la ley de Tránsito que se obligaron a defender y aplicar en beneficio de la comunidad veracruzana, pero no es así para nuestra desgracia. La ley y la constitución la fuerzan a la conveniencia de los funcionarios. Se acerca el momento crucial donde el accidente por negligencia, mueren 7 personas incluyendo un niño de dos años, y será el mejor secreto guardado en Alvarado.

¿Quién puede contra ellos? No hay defensa por más que señalen sus habitantes que el camión que se cayó al río Papaloapan estaba en pésimo estado físico y que incluso que se había quedado sin volante en una ocasión. Que el mismo alcalde de Alvarado Pedro Delfín Almeida, señalara enojado que el accidente se hubiera evitado con sólo que la autoridad de Tránsito le hubiera hecho caso a las protestas de los habitantes de Puente Nacional desde el 2004.

¿Qué se puede hacer ante la versión oficial que el accidente se debió a que el chofer José Manuel Uscanga Delgado, le dio un infarto y fue tanto su dolor que tenía con sus manos agarrados del volante cuando lo rescataron? Nunca habla el subprocurador de la zona centro con base en Veracruz, Marco Antonio Aguilar Yunes, de dónde está el dueño de los autobuses. Está preocupado en que no le resulte responsabilidad a los funcionarios de Tránsito, aunque esté a la vista que permiten camiones “chatarras” como el que se accidentó que tenía 14 años en servicio, cuando la regla marca que sólo hasta 10 años pueden circular y todavía les dieron 3 años más de gracia, pero aun así se pasaba de caducidad y no lo sacaron de circulación.

La rapidez judicial del Ministerio Público, el día del accidente fue extraordinariamente vertiginosa. ¿Quién puede rebatir la autopsia al chofer? Ellos solos y su mundo dictaminan lo que quieren porque es una “institución de buena fe” y hagan lo que hagan no se les puede castigar.

Con razón doña Martha esa madrugada repartía la autopsia judicial como volantes entre los medios de comunicación. ¿Quién es la directora de Tránsito para repartir un documento judicial, que se supone, es parte de una averiguación que se hace con secrecía? ¿Aquí no hay responsabilidad para el Ministerio Público que se la dio? El caso era echarle la culpa al infarto del chofer y no a las condiciones del camión “chatarra” solapado por Tránsito del Estado.

En la misma declaración de doña Martha Montoya del día 6 de noviembre, anunciando la detención de 54 unidades “chatarras”, dice que de acuerdo al articulo 191, apartado J, los sacaron de circulación por: “No satisfacer el vehículo condiciones técnicas de seguridad”: para Ripley, en contra de la ley o reglamento de transito de Veracruz, dice la funcionaria que se encontraron unidades de modelos de los años 1977, 1984,1991 y 1992. ¿No sabían de ellos los delegados del transporte público? ¿Qué estos camiones circulaban de noche? ¿Qué en años no los vieron?

Dicen que fueron detenidos en operativos sorpresas: así será el control que tiene la Dirección de Tránsito de los transportistas.

El gobernador, sensible a los reclamos de la población, abrió la posibilidad de que el accidente se debiera en una falla mecánica del camión y eso se sabría cuando se sacara la unidad del canal de navegación del río Papaloapan. El Procurador de Justicia, Emeterio López Márquez, se fue más allá y señaló que las condiciones del puente de Alvarado eran pésimas y se investigaría la responsabilidad de Caminos y Puentes de Ingresos del Gobierno Federal.

Para que usted se vaya para atrás, el 6 de noviembre, a cinco días del accidente, la Subsecretaría de Protección Civil del Gobierno de Veracruz inició los trabajos del rescate del camión. ¿Qué creen? Sólo pudieron sacar el eje y las dos llantas delanteras. Consideran que el camión se destruyó completamente y están regadas las partes de la unidad en todo el lecho del Papaloapan y tal vez no se recupere todo el camión. Los peritos de la Procuraduría de Justicia dicen que con lo rescatado no pueden saber las causas del accidente.

Es extraordinario como un camión de metal se pueda romper en el lecho del río, cuando no se destrozó mucho en su caída de 80 metros. Fíjense que los buzos de la armada la noche del accidente pudieron sacar al chofer que, según la PGJE, estaba aferrado al volante. Todavía un buzo profesional de Coatzacoalcos, a los dos días, con un moderno sonar localizó en la unidad hundida el cuerpo del cobrador José de Jesús Oliver Pérez, que estaba atorado entre los fierros del camión; pero ahora resulta a 4 días, que el autobús está destrozado y nunca lo sacarán completo; entonces no sabremos nunca en realidad porqué murieron 7 seres humanos buenos, del generoso pueblo de Alvarado.

Ya muchos del heroico pueblo se preparaban para ver cómo las autoridades y sobre todo los peritos reconstruían el camión, como lo hacen en los Estados Unidos con los aviones que se accidentan. ¿Para qué hacerlo? Total que cuesta más barato regalarles despensas, pagar cajas de muerto, poner cara de sufrimiento ante todos los deudos, dar unas becas y apapacharlos. Después, el olvido. ¿Para qué justicia, si ésta es intangible? Eso para después, mientras vayamos bien y que el esfuerzo continúe.